APUNTES SOBRE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA
-Alberto Rodríguez Barrera-
“La izquierda” es una etiqueta aplicada a
una serie de puntos de vista políticos (como en radicalismo) y a aquellos que los sostienen. Vino a ser
debido a una extensión metafórica del plan o sistema para sentar a los estados
generales franceses en 1789, donde la nobleza se sentaba a la derecha del rey y
el “Tercer Estado” a su izquierda. La división de opinión cristalizó en los
debates sobre el veto real, con los más revolucionarios diputados oponiéndose,
los conservadores favoreciéndolo y los del “centro” proponiendo un compromiso.
La percepción de la política como un
continuo en que el cuerpo político está consistentemente dividido por actitudes
hacia el cambio y el orden social terminó en una identificación de la izquierda
(o ala izquierda) como los partidos del cambio y de “la derecha” (o ala
derecha) como las fuerzas del status quo. La dicotomía izquierda-derecha era
aquella de igualitarismo versus desigualdades, de reforma (o revolución) versus
tradición, de radicalismo versus conservadurismo, de intervencionismo económico
(una política de intervención del Estado en asuntos económicos) versus laissez
faire, de internacionalismo versus patriotismo.
Sin embargo, después de la Segunda Guerra
Mundial las actitudes políticas ya no cuadraron tan consistentemente en torno a
la vieja división izquierda-derecha. Aunque los dos términos continuaron
usándose, han pasado por una serie de cambios de significado; y algunas de las
viejas tendencias contradictorias aparecieron con nuevas combinaciones. La
izquierda ya no se podía definir más por su actitud hacia la igualdad y el
cambio: las dos eran a veces divergentes. La derecha ya no era necesariamente
un epitoma de conservadurismo y de la defensa del status quo; podía ser
radical, o hasta revolucionaria como el nazismo. Ni era la izquierda
necesariamente internacionalista; la emergencia de versiones nacionalistas del
comunismo lo atestiguaban. Aun dentro de las divisiones internas de los
partidos, no eran siempre mejor descritas en términos de izquierda y derecha.
Los revisionistas polacos se consideraban a sí mismos a la izquierda de
Gomulka, quien a su vez los denunciaba a ellos como una desviación derechista.
Similarmente, los maoístas chinos denunciaron el “revisionismo” soviético como
una traición del ala derecha al comunismo, mientras los comunistas soviéticos
castigaban a los maoístas como “aventureros izquierdistas” y “nacionalistas
pequeños burgueses”.
El surgir de la “nueva izquierda”
contribuyó aún más a la confusión y las giros de significados de los términos
derecha e izquierda. La percepción de la política como un espectro se hizo más
difícil, y aún más una definición de “la izquierda” en términos de actitudes
tradicionales y consistentes. La etiqueta continúa siendo aplicada porque aún
ayuda a describir divisiones persistentes, pero a veces contribuye más a la
ofuscación de las realidades políticas que a la clarificación de las temáticas
políticas.
Por otra parte, “La derecha” es una etiqueta aplicada a una
serie de puntos de vistas políticos al otro extremo del espectro político de la
izquierda, y a quienes sostienen tales puntos de vista. Originalmente, la
derecha comprendía aquellos que defendían las instituciones monárquicas atacadas por la Revolución
Francesa. Durante el siglo 19 el término fue asociado con autoridad,
patriotismo, tradición, gobiernos fuertes, propiedad, la Iglesia, y el
Ejército. En Francia permaneció monarquista aún hasta después del
establecimiento de la Tercera República, pero estaba en todas partes
evolucionando de sus afinidades aristocráticas hacia la proyección de intereses
capitalistas contra la amenaza del socialismo. Estaba opuesta ahora no sólo al
igualitarismo. También al intervencionismo del Estado en la economía, que
favorecieron fuertemente los “legitimistas” de ultra derecha franceses y
Bismarck.
Pero la nueva derecha estaba interesada no
sólo con políticas económicas. Fue crecientemente influenciada por las actitudes
e ideas del nacionalismo romántico. Después de la Primera Guerra Mundial una
nueva derecha radical emergió, muy diferente a la derecha conservadora
tradicional. Ya no estaba más preocupada simplemente con la defensa del orden
establecido, sino que era a menudo hostil
hacia los intereses de las clases superiores; su forma más extrema era
el nacionalismo socialista (nazismo) de Hitler. En línea con su mística de la
Nación y del Estado, era hostil al laissez faire y estaba a favor de fuertes
controles económicos para sus fines totalitarios y militaristas.
Después de la Segunda Guerra Mundial los
términos derecha e izquierda comenzaron a ser aplicados de manera aún más
diferentes. Algunos de los valores tradicionales de la derecha chocaron y
emergieron nuevas mezclas políticas que nuevamente trascendieron las divisiones
previas de izquierda-derecha. Ahora los tradicionalistas abogaban por las
políticas monetaristas de Milton Friedman y el anti-intervencionismo de F. A.
Hayek era considerado como a la derecha de los conservadores que favorecían la
aproximación keynesiana.
En general, después de la Segunda Guerra
Mundial, la etiqueta de ala derecha se hizo más un término de oprobio que la
etiqueta de ala izquierda. Esto se aplicaba tanto en Occidente, donde los
políticos conservadores lo evitaban, como en Oriente, donde los líderes
comunistas la aborrecían. Pero las líneas de demarcación se hicieron
crecientemente borrosas. En Occidente, la derecha nacionalista, desde de Gaulle
hasta Enoch Powell, se combinaron con la izquierda radical contra la
unificación europea. En Oriente, fueron los disidentes del “ala derecha” los que estaban en contra del status quo en
la Unión Soviética, y en China eran los radicales del “ala izquierda” quienes
apoyaron la “revolución cultural” de Mao. Más y más etiquetas deben ser
calificadas con referencias específicas si es que han de ayudar a la
comprensión.
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