La unilateralidad y los errores suceden porque en la voluntad de oscurecimiento se distorsiona la existencia humana; Heidegger constreñía en el papel la angustia y el temor y el cuidado o cura y el sufrimiento y la culpa; de tal manera que, finalmente, él mismo abandonaba su existencia libre para extinguirse en una muerte lúgubre y llena de angustia. Lo que se le reprocha es la pérdida del justo medio, del equilibrio, del buen orden de la vida humana.
LA ESTRECHEZ MENTAL DEL CHAVISMO
-Alberto Rodríguez Barrera-
Cuando se trata del ser general y sus partes trascendentes (ontología), que en Heidegger no llega a ningún lado aunque exige un pensamiento enteramente nuevo porque el de hasta ahora ha fracasado por completo, pretender ofrecer una doctrina que incluso supere a los antiguos griegos no puede fundamentarse en un rompimiento entre el ser y el espíritu, en un juego poético para embellecer los problemas sólo con palabras, a menudo incomprensibles. Los sociólogos particularmente no aprecian el "peloteo del ser", ingeniosamente llamando a la historia de la filosofía una sucesión de juegos de palabras sobre la palabra "ser". Es difícil trabajar universalmente el análisis del ser -igual para todos los hombres- sin comprender que el hombre es el mismo en todas partes, una "lengua" en la "iluminación del ser".
Heidegger, como la ejecución del conocimiento en el chavismo, no pasa de principios deficientes, de la antesala ontológica. Si quiere algo más estricto, hay que conducir a mejores resultados. Un nuevo pensamiento político debe aportar algo; que "el ser es él mismo" es muy poco para la jactancia; que del ser mismo debería provenir "la indicación de aquellas instrucciones que deberían convertirse en ley y regla para el hombre" no quiere decir nada si se trata de un ser indiferente que bordea el nihilismo con despreocupación y distancia interior.
La unilateralidad y los errores suceden porque en la voluntad de oscurecimiento se distorsiona la existencia humana; Heidegger constreñía en el papel la angustia y el temor y el cuidado o cura y el sufrimiento y la culpa; de tal manera que, finalmente, él mismo abandonaba su existencia libre para extinguirse en una muerte lúgubre y llena de angustia. Lo que se le reprocha es la pérdida del justo medio, del equilibrio, del buen orden de la vida humana.
El error es una concepción falsa de la vida; negar una realidad sana y vigorosa que desde tiempos antiguos unió el ser y la verdad; permanecer aferrado a una temporalidad infecunda; escepticismo, negación del ser. La fama se fundamenta en una ornamentación del ser, combinaciones y acrobacias al ser comparables con los juegos de palabras de algunos místicos. ¿Cómo -en una época indigente- puede arreglárselas de otro modo quien ha caído de la fe de los padres y en un atrevimiento cree que debe trastornar lo anterior; cómo puede liberarse de la falta de espíritu de este tiempo cuando dice: "Toda valoración es también allí donde valora positivamente, una subjetivacion"? "El que relativiza de esa manera y al mismo tiempo pretende ser un revolucionario del espíritu se enreda primeramente en la autonomía de un Nietzsche y finalmente fracasa por entero, porque malgasta innecesariamente sus esfuerzos para liberarse de su embrollo." (E. Friedrich Bauer.)
El nihilista no quiere ningún apoyo, ningún soporte de nada, pero el hombre no puede existir sin la afirmación de posibilidades, sin una realidad cualquiera, aunque sea la del pan cotidiano. ¿De qué le sirve, entonces, la orgullosa autoconsciencia y su voluntad de reformar al mundo por medio de categorías propias?
La filosofía de la existencia expresa una gran desilusión para la cultura y la ciencia modernas, pero la costumbre de traducir palabras e ideas antiguas para penetrar su sentido arcaico resulta trágica al constatar cuán poco sale de ahí: resultados indigentes en un tiempo indigente. "El reverso de los esfuerzos de Heidegger por una reapropiación original del pensamiento y habla iniciales de los griegos es la degradación y supresión de todo el lenguaje y la concepción filosóficos de la Edad Media" (K. Lowith.) La ética, la cultura y la humanidad ya no son "intereses serios" cuando se abandona a la razón; se es entonces "pastor del ser", y aparece la cosificación, consecuencia de la arrogancia llevada al extremo.
El pensamiento en valores no es blasfemia contra el ser. Pensar correctamente, y no por una desilusión ilimitada, no aísla en un tiempo indigente; sí conecta al pensador sano para arrancarlo del olvido. En este camino, la filosofía es universal, nunca puede ser nacionalista; sin la metafísica no es concebible. De Eckhart a Heidegger encontramos esta línea en forma de movimiento ondulatorio que a veces encuentra signos negativos (Marx, Schopenhauer, Nietzsche); el prominente Hegel también espera la venida del Espíritu Santo al final de los tiempos, que sólo es el espíritu creador secularizado del cristianismo. Schopenhauer lucha con esta problemática y se vuelca contra Hegel, al igual que Kierkegaard. El gran buscador de Dios, Nietzsche, terminó en el fuego fatuo y la demencia. Con Scheler, Jaspers y Heidegger vemos que la liberación no nos hace señales, pero esta triple constelación podría darnos un nuevo comienzo filosófico. Toda esperanza acaecería si abandonáramos conscientemente todos los aislamientos que existen hoy en día y continuaríamos nuestra búsqueda también en otras culturas y tradiciones para superar una cierta mentalidad estrecha que pesa sobre nosotros en el presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario