martes, 16 de febrero de 2016

SOBRE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA



APUNTES SOBRE LA IZQUIERDA Y LA DERECHA


-Alberto Rodríguez Barrera-

     “La izquierda” es una etiqueta aplicada a una serie de puntos de vista políticos (como en radicalismo)  y a aquellos que los sostienen. Vino a ser debido a una extensión metafórica del plan o sistema para sentar a los estados generales franceses en 1789, donde la nobleza se sentaba a la derecha del rey y el “Tercer Estado” a su izquierda. La división de opinión cristalizó en los debates sobre el veto real, con los más revolucionarios diputados oponiéndose, los conservadores favoreciéndolo y los del “centro” proponiendo un compromiso.

     La percepción de la política como un continuo en que el cuerpo político está consistentemente dividido por actitudes hacia el cambio y el orden social terminó en una identificación de la izquierda (o ala izquierda) como los partidos del cambio y de “la derecha” (o ala derecha) como las fuerzas del status quo. La dicotomía izquierda-derecha era aquella de igualitarismo versus desigualdades, de reforma (o revolución) versus tradición, de radicalismo versus conservadurismo, de intervencionismo económico (una política de intervención del Estado en asuntos económicos) versus laissez faire, de internacionalismo versus patriotismo.

     Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial las actitudes políticas ya no cuadraron tan consistentemente en torno a la vieja división izquierda-derecha. Aunque los dos términos continuaron usándose, han pasado por una serie de cambios de significado; y algunas de las viejas tendencias contradictorias aparecieron con nuevas combinaciones. La izquierda ya no se podía definir más por su actitud hacia la igualdad y el cambio: las dos eran a veces divergentes. La derecha ya no era necesariamente un epitoma de conservadurismo y de la defensa del status quo; podía ser radical, o hasta revolucionaria como el nazismo. Ni era la izquierda necesariamente internacionalista; la emergencia de versiones nacionalistas del comunismo lo atestiguaban. Aun dentro de las divisiones internas de los partidos, no eran siempre mejor descritas en términos de izquierda y derecha. Los revisionistas polacos se consideraban a sí mismos a la izquierda de Gomulka, quien a su vez los denunciaba a ellos como una desviación derechista. Similarmente, los maoístas chinos denunciaron el “revisionismo” soviético como una traición del ala derecha al comunismo, mientras los comunistas soviéticos castigaban a los maoístas como “aventureros izquierdistas” y “nacionalistas pequeños burgueses”.

     El surgir de la “nueva izquierda” contribuyó aún más a la confusión y las giros de significados de los términos derecha e izquierda. La percepción de la política como un espectro se hizo más difícil, y aún más una definición de “la izquierda” en términos de actitudes tradicionales y consistentes. La etiqueta continúa siendo aplicada porque aún ayuda a describir divisiones persistentes, pero a veces contribuye más a la ofuscación de las realidades políticas que a la clarificación de las temáticas políticas.

   Por otra parte,  “La derecha” es una etiqueta aplicada a una serie de puntos de vistas políticos al otro extremo del espectro político de la izquierda, y a quienes sostienen tales puntos de vista. Originalmente, la derecha comprendía aquellos que defendían las instituciones  monárquicas atacadas por la Revolución Francesa. Durante el siglo 19 el término fue asociado con autoridad, patriotismo, tradición, gobiernos fuertes, propiedad, la Iglesia, y el Ejército. En Francia permaneció monarquista aún hasta después del establecimiento de la Tercera República, pero estaba en todas partes evolucionando de sus afinidades aristocráticas hacia la proyección de intereses capitalistas contra la amenaza del socialismo. Estaba opuesta ahora no sólo al igualitarismo. También al intervencionismo del Estado en la economía, que favorecieron fuertemente los “legitimistas” de ultra derecha franceses y Bismarck.

     Pero la nueva derecha estaba interesada no sólo con políticas económicas. Fue crecientemente influenciada por las actitudes e ideas del nacionalismo romántico. Después de la Primera Guerra Mundial una nueva derecha radical emergió, muy diferente a la derecha conservadora tradicional. Ya no estaba más preocupada simplemente con la defensa del orden establecido, sino que era a menudo hostil  hacia los intereses de las clases superiores; su forma más extrema era el nacionalismo socialista (nazismo) de Hitler. En línea con su mística de la Nación y del Estado, era hostil al laissez faire y estaba a favor de fuertes controles económicos para sus fines totalitarios y militaristas.

     Después de la Segunda Guerra Mundial los términos derecha e izquierda comenzaron a ser aplicados de manera aún más diferentes. Algunos de los valores tradicionales de la derecha chocaron y emergieron nuevas mezclas políticas que nuevamente trascendieron las divisiones previas de izquierda-derecha. Ahora los tradicionalistas abogaban por las políticas monetaristas de Milton Friedman y el anti-intervencionismo de F. A. Hayek era considerado como a la derecha de los conservadores que favorecían la aproximación keynesiana.

     En general, después de la Segunda Guerra Mundial, la etiqueta de ala derecha se hizo más un término de oprobio que la etiqueta de ala izquierda. Esto se aplicaba tanto en Occidente, donde los políticos conservadores lo evitaban, como en Oriente, donde los líderes comunistas la aborrecían. Pero las líneas de demarcación se hicieron crecientemente borrosas. En Occidente, la derecha nacionalista, desde de Gaulle hasta Enoch Powell, se combinaron con la izquierda radical contra la unificación europea. En Oriente, fueron los disidentes del “ala derecha”  los que estaban en contra del status quo en la Unión Soviética, y en China eran los radicales del “ala izquierda” quienes apoyaron la “revolución cultural” de Mao. Más y más etiquetas deben ser calificadas con referencias específicas si es que han de ayudar a la comprensión.

 

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