APUNTES SOBRE LA ESTRUCTURA DE CLASES
-Alberto Rodríguez Barrera-
En matemáticas y lógica es un sinónimo de juego (set), pero en sociología el concepto de clase indica las diferentes estratificaciones sociales en la sociedad. Muchos sociólogos distinguen entre los sistemas hereditarios de la sociedad feudal o pre-industrial –en que las distinciones eran primariamente de rango, de tradición y un intrincado sistema viejo, a menudo con codificaciones de derechos y deberes- y el verdadero sistema de clases que emergió cuando el capitalismo y la Revolución Industrial sustituyeron estos criterios con el criterio externo de posesiones materiales. En el Manifiesto Comunista, Marx identificó las clases en relación con los medios de producción, y así generalizó el concepto de clase a todas las sociedades donde tales distinciones podían hacerse.
Clase económica. Para Marx el criterio de clase era económico. Sin embargo, nunca definió específicamente “económico”, y en varias puntos de sus escritos mencionó varios diferentes criterios para la identificación de clases. Más aún, es difícil encontrar un sólo criterio no ambiguo, bien sea en “ocupación” o una posición común en el proceso de producción, que no enfrente dificultades lógicas en clasificación. (Si, por ejemplo, uno toma el proceso de producción como el criterio, ¿cómo clasificamos a aquellos que están fuera del proceso de producción?)
Para Max Weber, clase es un término analítico que identifica a individuos que tienen “chances de vida” similares en las oportunidades para ganar ingresos; bienes de mercado incluyen habilidad así como propiedad. Weber ve la mayor lucha de clases históricas como estando entre acreedores y deudores, con el conflicto bajo el capitalismo entre patronos y trabajadores siendo meramente un caso especial.
Clase social, para Marx, era algo determinado por, y confinante con, clase económica. Otros sociólogos ven la clase social como una variable más compleja que incluye status, prestigio, linaje familiar, y otros criterios.
Conflicto social. Marx predijo que bajo el capitalismo habría una creciente polarización en la sociedad, con explotación incrementada del trabajador, y un cada vez más agudo conflicto entre las dos clases, llevando en última instancia a la revolución social. El desarrollo social de Occidente ha desmentido tal predicción.
Los salarios reales de la clase trabajadora han crecido, la clase trabajadora ha ganado crecientemente derechos sociales y políticos, y el conflicto social, aunque no eliminado, se ha regulado (sujeto a reglas legales) y aislado institucionalmente (hay poco qué transportar del conflicto industrial hacia otras áreas de la vida). En muchas sociedades industriales, además, otras formas de conflicto cruzan las líneas de clase y dividen (digamos protestantes irlandeses de trabajadores católicos irlandeses, en vez de trabajadores contra jefes).
Conciencia de clase. Marx asumió que tal conciencia se desarrollaría en la lucha de clases creada por las crisis del sistema capitalista. Lenin, sin embargo, consideraba a la clase trabajadora, sin ayuda, sólo capaz de desarrollar “conciencia de unión”; y hasta este punto la creación de “conciencia socialista” es la tarea de los intelectuales. En ese caso la noción marxista de que “la existencia determina la conciencia”, y la relación entre posición social e ideología, no puede ser fácilmente sostenida. Este es el intrincado asunto del cual la teoría marxista aún no ha podido liberarse.
Estructura social es el discernible marco, forma, contorno, patrón, de las interrelaciones de los hombres en la sociedad. Es siempre un resultado del deliberado propósito en actividades específicas y las muchas imprevistas consecuencias de todas las actividades, y puede ser analizada dentro de sus mayores elementos (organización política, legal, militar, religiosa, educacional y familiar).
Todas, sin embargo, están interconectadas por instituciones (como el matrimonio, que conecta familia, religión, ley, relaciones de propiedad, autoridad política, etc.) y por grupos, dentro de lo cual muchos individuos tienen variantes funciones, roles y status. En cualquier sociedad, por lo tanto, la total estructura social puede ser descompuesta en roles específicos, en juegos de roles, que las personas individuales deben llenar.
En sociología existe un modo de teorización llamado funcionalismo-estructural, en el que las sociedades, o unidades más pequeñas como comunidades u organizaciones, son conceptualizadas como sistemas, y la intención entonces es explicar aspectos o particularidades de la estructura social en términos de su contribución (la función que cumplen) para mantener el sistema como una unidad viable. Es así como las prácticas rituales y ceremoniales pueden ser explicadas como sirviendo para reforzar creencias y valores compartidos y para mantener solidaridad entre diferentes grupos dentro de una sociedad, aunque esta función pudiera ser irreconocible en los propósitos de quienes se comprometen en rituales y ceremonias.
Dicha teoría permite tratar a la acción social tanto desde el punto de vista de lo no intencional como de las consecuencias intencionales. Un problema mayor que enfrenta es el de especificar criterios precisos para la viabilidad de sistemas sociales, bien en el sentido de su “supervivencia” o en el de su “eficiencia”. También ha sido una teoría criticada por exponentes de la teoría del conflicto por su negligencia en la parte que juega la coerción al organizar actividades sociales y en la preservación de la estabilidad social.
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