domingo, 5 de junio de 2016

Ante la amenaza militar: LA BUENA RESPUESTA


La lección contraria y humanista es que la candidata María Corina Machado, a la cual nuestro comandante militar machista quiere moler y demoler, no le para ni un centímetro a este troglodita. El discurso civilizado de María Corina se concreta en unas frases que no son militaristas ni brutales: "Tenemos que ir todos a votar juntos, somos mayoría. (...) Los venezolanos queremos vivir sin miedo".

¿Y qué dice Chávez? "Como jefe del Estado que soy debo hacer un llamado a todas las fuerzas políticas, empezando por las mías, para que se reconozcan los resultados de las elecciones". Que le pida eso a su propia gente bolivariana significa que avizoran desde ya la derrota, y que quieren desligarse de los cantos de fraude de sus violentos seguidores. Mal síntoma.

Ante la amenaza militar: 
LA BUENA RESPUESTA 

-Alberto Rodríguez Barrera-


     Resulta interesante ver como las agencias internacionales de noticias van cubriendo, con objetividad y profesionalismo, la última semana de las elecciones a la Asamblea Nacional. Ayer, la AFP dedicó un despacho al llamado que los candidatos de la Mesa de la Unidad hicieron para que todos los venezolanos acudan a votar con el fin de que "Venezuela sea un país más tranquilo". No le falta razón a los opositores porque según el comandante rojito lo que viene es "una gran batalla", en la cual "el enemigo debe ser destruido" y el comunismo del siglo XXI "impuesto por la mayoría aplastante del pueblo". 

     Ante tantas ganas oficiales de destruir y pulverizar a una mayoría de venezolanos cuyo único pecado es no querer comulgar, con toda razón, tanto con las propuestas del Gobierno y de sus aliados comunistas de Cuba como con los postulados terroristas y antisemitas de Irán, los votantes sensatos se preguntan si es posible elegir a semejantes energúmenos. Si el PSUV llora a moco tendido porque están guindando debido a que los Ni-Ni no los quieren, cómo será si logran una imposible victoria. 

     Lo más seguro es que repetirán lo de Chávez al ganar las elecciones en los noventa, cuando luego de conocer su victoria electoral le dio la espalda a sus aliados y los fue dejando uno a uno en cada estación del Metro. Es decir, que su capacidad de tener aliados no sólo es mínima sino que quedará reducida a su más pequeña expresión si logra sobreponerse a esta caída en su popularidad. 

     Una de sus víctimas será el Partido Comunista de Venezuela, cuya escasa votación en los anteriores comicios lo llevó al borde la tumba fría. Se salvaron porque la oposición no sufragó, y sus candidatos pudieron figurar, como es el caso del diputado comunista Roberto Hernández, quien logró unos 4.872 votos (¡menos que un concejal de Caracas, Maracaibo, Valencia, Maracay o San Cristóbal!) y llegó a ser vicepresidente de la Asamblea Nacional. 

     Lo más desgraciado de esta historia es que luego el mandatario rojito lo utilizó, nombrándolo ministro del Trabajo, para dividir y hacer desaparecer al PCV, que hoy sigue siendo su aliado, vaya usted a saber por qué.

     La lección contraria y humanista es que la candidata María Corina Machado, a la cual nuestro comandante militar machista quiere moler y demoler, no le para ni un centímetro a este troglodita. El discurso civilizado de María Corina se concreta en unas frases que no son militaristas ni brutales: "Tenemos que ir todos a votar juntos, somos mayoría. (...) Los venezolanos queremos vivir sin miedo". 

    ¿Y qué dice Chávez? "Como jefe del Estado que soy debo hacer un llamado a todas las fuerzas políticas, empezando por las mías, para que se reconozcan los resultados de las elecciones". Que le pida eso a su propia gente bolivariana significa que avizoran desde ya la derrota, y que quieren desligarse de los cantos de fraude de sus violentos seguidores. Mal síntoma. 


Caracas, 21/09/10

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