APUNTES SOBRE LA CONCIENCIA COLECTIVA
-Alberto Rodríguez Barrera-
Elección colectiva es lo que se hace por, o en beneficio de, un grupo, sea un comité, una asamblea o una nación. Mucho de la teoría de elección colectiva se ocupa de reglas para fundamentar decisiones de grupo sobre las preferencias de los miembros del grupo, como la simple regla de la mayoría. El tema no incluye meramente procedimientos de decisión institucional, sino que también sistemas de argumentos sobre política social. Cualquier crítica social está basada en una subyacente teoría (a menudo implícita) sobre lo que debió elegirse o hecho en vista de las preferencias o intereses de los miembros de la sociedad (vista como individuos, clases o grupos), lo cual hace de la cosa algo muy amplio.
Conciencia colectiva fue un término utilizado por Durkheim (en Las Reglas del Método Sociológico) cuando trataba de clarificar su concepción de los hechos sociales. Denota no la mera suma total de elementos dados en toda la conciencia individual de una sociedad, sino que el engendrar, a través de actividades asociativas dentro del constreñimiento de condiciones específicas colectivas, de nuevos elementos de experiencia, conocimiento, valor, voluntad y comportamiento humanos.
Estos elementos fueron calificados por Durkheim como “represenaciones colectivas”; sentimientos y valores distinguibles asociados con símbolos culturales compartidos (tradiciones perpetuadas de profesión legal, cortes, escuelas, juegos, y patrones de educación y crianza). En su totalidad, estas representaciones colectivas constituían la “herencia cultural”, el marco característico de la vida colectiva de una sociedad.
Se llamó seguridad colectiva al principio de mantener la paz por vía de los esfuerzos concertados, donde ante el crimen contra la paz social se respondía contra el transgresor con el concurso de todos los ciudadanos, ya que la seguridad social se apoya de acuerdo a cómo debe lograrse.
Inconsciencia colectiva es un término utilizado por Jung para calificar la pasada experiencia de la especie humana, que ha sido insertada en la estructura cerebral heredada, y que se manifiesta en el recurrente fenómeno de los arquetipos. Jung argumentaba que el funcionamiento de un individuo es producto de esta inconsciencia colectiva así como de una inconsciencia personal cuyos contenidos son materias de todo tipo olvidadas, reprimidas, percibidas subliminalmente, pensadas y sentidas, y que –por lo tanto- deben ser igualadas con la teoría freudiana de la inconsciencia.
Colectivismo es una teoría político-económica que aboga para que los medios de producción y/o distribución sean propiedad colectiva o controlados o ambos y no dejados a las acciones de individuos que persiguen su auto-interés; también es un sistema basado en tal control colectivo. El comunismo y otras ideologías colectivistas proclaman la conveniencia de tal control a través de la propiedad pública en el interés de la comunidad como un todo. Las formas de propiedad colectiva van desde propiedad del Estado hasta una variedad de instituciones cooperativas, con variantes grados de control por parte de los miembros sobre decisiones que afectan sus vidas.
Colectivismo tiene diferentes significados en el contexto de un kibuts israelí, un kollhoz soviético y una comuna china. La propiedad del Estado en sí misma no significa control colectivo. La cuestión de quién controla al Estado y a la instituciones colectivas existentes dentro de él ha sido discutida por muchos críticos del colectivismo así como por sus defensores, quienes han tratado de atacar tales problemas abogando por formas de colectivismo que otorgarían a los trabajadores participación en la toma de decisiones.
Tal fue la colectivización: conversión generalmente obligatoria de propiedades individuales de agricultura en grandes granjas colectivas; sistema de agricultura predominante en la mayoría de los países comunistas y que –con ciertas variaciones locales- derivan del sistema montado en la URSS a principios de 1930.
En la Unión Soviética, la colectivización fue impuesta con métodos draconianos que enfrentaron la amarga resistencia campesina: millones murieron de hambre, fueron arrestados o deportados. La colectivización en los países comunistas del este europeo no fue tan brutalmente aplicada, permitiéndose luego la adhesión o reversión al cultivo individual.
En la URSS, el kolkhoz, la granja colectiva, se distinguió del sovkhoz, la granja del Estado, en la que los campesinos eran empleados del Estado. Los kolkhoz eran, legalmente hablando, la propiedad conjunta de sus miembros, que recibían pagos de acuerdo con las ganancias particulares de las granjas. La forma original de comuna de los kolkhoz fue tempranamente abandonada, por algo menos riguroso, donde al campesino se le permitía un pequeño lote privado y alguna vaca o dos. Una de las razones para este cambio fue el declive de la producción: los campesinos generaban un mucho mayor nivel de productividad cultivando su propia tierra.
Comuna es la forma de organización y trabajo en un colectivo en que los miembros no tienen propiedad privada y comparten por igual los resultados de su labor. En teoría, las comunas son la más alta meta tanto del anarquismo como del comunismo. En la práctica, invariablemente han confrontado dificultades al lidiar con cuestiones tales como la desigualdad interna de sus miembros, la desigualdad económica entre colectivos, y en su relación con más amplias organizaciones económicas y políticas de la sociedad, del mercado y del Estado.
Las más tempranas comunas fueron fundadas por socialistas utópicos, pero pronto se desintegraron. Entre 1917 y 1921, las comunas de agricultura fueron organizadas en Rusia. La mayoría se disolvió con la llegada de la Nueva Política Económica (1921) y las que quedaron fueron transformadas en granjas colectivas cuando se aplicó la colectivización de la agricultura rusa.
Durante el Gran Salto Adelante en China (1958-61) se organizaron grandes comunas rurales. Fueron altamente regimentadas; los incentivos económicos fueron reemplazados por propaganda y presión política para que se hicieran mayores esfuerzos. El experimento –presentado como corta-caminos para una sociedad totalmente comunista- terminó en fracaso, y las comunas fueron silenciosamente modificadas (sin cambiar su nombre) para moderar sus lineamientos.
La comunas individuales levantadas posteriormente en California por parte de grupos disidentes, permanecieron también marginales como fenómeno transitorio, menos ideológicamente inspiradas que sus predecesoras históricas, pero quizás más alegres debido a sus vecinos de nota algo hippie.
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